CAMBIO CLIMÁTICO 2001:
Efectos, adaptación, y vulnerabilidad
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3.3. Ecosistemas terrestres y de agua dulce

Los estudios de modelización de vegetación continúan demostrando la posibilidad de una perturbación importante de los ecosistemas en virtud del cambio climático (elevada confianza6). La migración de los ecosistemas o de los biomas como unidades discretas no es probable que ocurra; en su lugar en determinado emplazamiento, se modificará la composición y el predominio de algunas especies. Los resultados de estos cambios estarán retardados respecto a los cambios del clima por varios años, o por varios decenios e incluso siglos (alta confianza6). [4.3]

La distribución, el tamaño de las poblaciones, la densidad de la población y el comportamiento de la fauna silvestre han sido y continuarán siendo afectados directamente por cambios del clima mundial o regional, e indirectamente por cambios de la vegetación. El cambio climático llevará a un movimiento hacia los polos de las fronteras de distribución de peces de agua dulce, junto con la pérdida de hábitats para peces de agua fría y fresca, y el aumento de hábitats para peces de aguas calientes (alta confianza6). Ya están muy amenazadas las especies y las poblaciones y se espera que el riesgo aumente por la sinergia entre el cambio climático que rinde partes de los hábitats actuales inadaptables a muchas especies y el cambio en el uso de la tierra que fragmenta los hábitats y levanta obstáculos a la migración de las especies. Sin una adecuada gestión, estas presiones llevarán a que algunas especies actualmente clasificadas como “críticamente amenazadas” se extingan y a que la mayoría de las denominadas “amenazadas o vulnerables” sean más escasas y, por lo tanto, se acerquen a su extinción en el siglo XXI (alta confianza6). [4.3]

Entre los posibles métodos de adaptación para reducir los riesgos planteados a las especies podrían incluirse: 1) establecimiento de refugios, parques naturales y reservas con corredores para permitir la migración de las especies, y 2) uso de cría en cautividad y traslado a otros lugares. Sin embargo, estas opciones están limitadas por su costo. [4.3]

Parece que los ecosistemas terrestres están almacenando cantidades crecientes de carbono. Cuando se elaboró el SIE, esto se atribuía en gran medida a un aumento de la productividad de las plantas por razón de la interacción entre una concentración elevada de CO2, temperaturas en aumento, y cambios de la humedad de los suelos. Resultados recientes confirman que ocurren ganancias de productividad pero sugieren que son más pequeñas sobre el terreno que lo indicado en los experimentos de laboratorio con plantas (confianza media6). Por lo tanto, la la absorción terrestre de CO2 puede deberse más a cambios en el uso y ordenación de la tierra que a efectos directos de elevadas concentraciones de CO2 y al clima. El grado con el que los ecosistemas terrestres continúen siendo sumideros netos de carbono no es seguro debido a las interacciones complejas entre los factores anteriormente mencionados (p.ej., los ecosistemas terrestres árticos y los humedales pueden actuar tanto de fuente como de sumideros) (confianza media6). [4.3]

En sentido opuesto al estudio SIE, los estudios del mercado mundial de maderas en los que se incluyen adaptaciones por gestión de terrenos y de productos, incluso sin proyectos de silvicultura que aumenten la captación y almacenamiento de carbón, sugieren que una pequeña magnitud de cambio climático aumentaría el suministro mundial de maderas y mejoraría las actuales tendencias hacia una mayor parte del mercado en los países en desarrollo (confianza media6). Los consumidores pudieran beneficiarse de precios de madera más bajos mientras que los productores pudieran ganar o perder dependiendo de cambios regionales de productividad maderera y de posibles efectos de mortalidad periférica. [4.3]



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