CAMBIO CLIMÁTICO 2001:
La base científica
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B. Los cambios observados en el sistema climático

¿Está cambiando el clima de la Tierra? Inequívocamente, la respuesta es “Sí”. Una serie de observaciones respalda esta conclusión y ofrece una clara perspectiva sobre la rapidez de esos cambios. Estos datos son también la base sobre la cual puede elaborarse la respuesta a la pregunta más difícil: “¿Por qué está cambiando?”, que se trata en secciones posteriores.

En esta sección, se ofrece un resumen actualizado de las observaciones que delinean cómo ha cambiado el sistema climático en el pasado. Muchas de las variables del sistema climático han sido medidas directamente, o sea, constituyen el “registro instrumental”. Por ejemplo, a mediados del siglo XIX se iniciaron amplias mediciones directas de la temperatura superficial. Durante un centenar de años, se han estado haciendo observaciones casi mundiales de otras variables “meteorológicas” en la superficie, como las precipitaciones y los vientos. En algunos lugares, se han registrado mediciones del nivel del mar por más de cien años, pero la red de mareógrafos con registros prolongados sólo aporta una limitada cobertura mundial. Las observaciones en la atmósfera superior sólo se han hecho sistemáticamente desde fines de los años cuarenta. Hay también largos registros de observaciones oceánicas en la superficie, hechos desde buques a partir de mediados del siglo XIX y mediante boyas especiales con ese objeto desde fines de los años setenta. Se cuenta ahora con mediciones de la temperatura oceánica bajo la superficie, con cobertura casi mundial, desde fines de los años cuarenta. Desde fines de los setenta, se han usado otros datos provenientes de satélites de observación de la Tierra, que suministran una amplia gama de observaciones mundiales de diversos componentes del sistema climático. Además, un conjunto creciente de datos paleoclimáticos, p.ej., a partir de árboles, corales, sedimentos y hielo, ofrece información sobre el clima de la Tierra desde siglos y milenios atrás.

En esta sección se insiste especialmente en el conocimiento actual de los cambios históricos en variables climáticas clave: temperatura, precipitaciones y humedad de la atmósfera, la capa de nieve, la extensión del hielo terrestre y marino, el nivel del mar, las pautas de la circulación atmosférica y oceánica, los fenómenos extremos en las condiciones meteorológicas y el clima, y los rasgos generales de la variabilidad climática. En la parte final de esta sección, se comparan las tendencias observadas en esos diversos indicadores del clima, para verificar si surge un cuadro colectivo. El grado de esta coherencia interna es un factor crítico para evaluar el nivel de confianza en la comprensión actual del sistema climático.

B.1 Cambios observados en la temperatura

Las temperaturas en el registro instrumental para las tierras y los océanos

La temperatura media mundial en la superficie ha aumentado 0,6 ± 0,2°C3 desde fines del siglo XIX. Es muy probable que los años noventa hayan sido el decenio más cálido y 1998 el año más cálido, según los registros instrumentales, desde 1861 (véase la Figura 2). La causa principal del aumento estimado del calentamiento mundial, de 0,15°C desde el SIE, está vinculada con el récord de calor de los seis años de datos adicionales (1995 a 2000). Una segunda razón se relaciona con los mejores métodos para calcular el cambio. El actual margen de incertidumbre, levemente superior (±0,2°C, intervalo de confianza del 95%) también tiene fundamentos más objetivos. Además, la base científica para confiar en los cálculos del aumento de la temperatura mundial desde fines del siglo XIX se ha visto fortalecida desde el SIE. Esto se debe a las mejoras derivadas de varios nuevos estudios. Entre ellos figura una prueba independiente de las correcciones empleadas para las desviaciones dependientes del tiempo en los datos sobre la temperatura en la superficie del mar y nuevos análisis acerca del efecto de las “islas de calor” urbanas sobre las tendencias mundiales en la temperatura en tierra. Como se indica en la Figura 2, la mayor parte del aumento de la temperatura mundial desde fines del siglo XIX se ha producido en dos períodos distintos: 1910 a 1945 y a partir de 1976. El ritmo de aumento de la temperatura para ambos períodos es de unos 0,15°C/decenio. El calentamiento reciente ha sido mayor en tierra que en los océanos; el aumento de la temperatura en la superficie del mar durante el período 1950–1993 es aproximadamente la mitad del experimentado por la temperatura media del aire en la superficie del suelo. La elevada temperatura mundial asociada con el fenómeno El Niño de 1997 a 1998 se destaca como un fenómeno extremo, aun tomando en cuenta el ritmo reciente de calentamiento.


Figura 2: Anomalías en la temperatura anual combinada del aire en la superficie terrestre y en la superficie del mar (°C) en el período de 1861 a 2000, en relación con el período de 1961 a 1990. Se muestran dos incertidumbres por error tabular como barras sobre la cifra del año. [Basada en la Figura 2.7c]




Figura 3: Tendencias de la temperatura anual en los períodos 1901 a 1999, 1910 a 1945, 1946 a 1975 y 1976 a 1999, respectivamente. Las tendencias están representadas por la superficie del círculo; el blanco representa los aumentos, el negro las reducciones y el gris poco o ningún cambio. Las tendencias se calcularon a partir de la anomalías para cada retícula promediadas anualmente, con el requisito de que el cálculo de las anomalías anuales incluya 10 meses de datos, como mínimo. Para el período 1901 a 1999, sólo se calcularon las tendencias para las casillas de la cuadrícula que contengan anomalías anuales en por lo menos 66 de los 100 años. La cantidad mínima de años requeridos para los períodos más breves (1910 a 1945, 1946 a 1975 y 1976 a 1999) fue de 24, 20 y 16 años, respectivamente. [Basado en la Figura 2.9]


La pautas regionales del calentamiento que se produjo en la primera parte del siglo XX fueron diferentes de las que se presentaron en la última parte del mismo siglo. En la Figura 3 se muestran las pautas regionales del calentamiento que se ha producido a lo largo de todo el siglo XX, así como tres períodos componentes temporales. El período más reciente de calentamiento (1976 a 1999) ha sido casi mundial, pero los mayores aumentos de temperatura se produjeron en las latitudes altas y medias de los continentes del hemisferio norte. El enfriamiento durante todo el año es evidente en el noroeste del océano Atlántico Norte y en el centro del Pacífico Norte, pero recientemente se ha invertido la tendencia refrigerante del Atlántico Norte. Se ha demostrado que las pautas regionales recientes del cambio de temperatura se vinculan, en parte, con diversas etapas de las oscilaciones atmosférico-oceánicas, como la Oscilación del Atlántico Norte-Ártica y posiblemente la Oscilación decenal del Pacífico. Por lo tanto, las tendencias de la temperatura regional a través de unos pocos decenios pueden verse fuertemente influidas por la variabilidad regional en el sistema climático y pueden apartarse apreciablemente del promedio mundial. El calentamiento de 1910 a 1945 estuvo concentrado inicialmente en el Atlántico Norte. En cambio, el período de 1946 a 1975 mostró un importante enfriamiento en el Atlántico Norte, así como en gran parte del hemisferio norte, y un calentamiento en gran parte del hemisferio sur.

Nuevos análisis indican que el contenido de calor de los océanos a escala mundial ha aumentado considerablemente desde fines de los años cincuenta. Más de la mitad del aumento en el contenido de calor se ha producido en los 300 m superiores de los océanos, equivalente a un índice de aumento de temperatura en esa capa de un 0,04°C/decenio.

Nuevos análisis de las temperaturas diarias máximas y mínimas en la superficie terrestre de 1950 a 1993 continúan mostrando que esta medición del margen de variación de la temperatura diurna está disminuyendo muy ampliamente, aunque no en todas partes. En promedio, las temperaturas mínimas están aumentando casi al doble del ritmo de las temperaturas máximas (0,2 comparado con 0,1°C/ decenio).

Las temperaturas sobre la capa de superficie en registros desde satélites y globos meteorológicos

Las mediciones de la temperatura en la superficie y desde globos y satélites muestran que la troposfera y la superficie de la Tierra se han calentado y que la estratosfera se ha enfriado. Durante el período más breve en que han habido datos satelitales y de globos meteorológicos (desde 1979), los registros de los globos y satélites muestran un calentamiento en la troposfera inferior considerablemente menor que el observado en la superficie. Los análisis de las tendencias en la temperatura desde 1958 para los 8 km más bajos de la atmósfera y en la superficie coinciden, como se muestra en la Figura 4a, con un calentamiento de alrededor de 0,1°C por decenio. Sin embargo, desde el comienzo de los registros por satélite en 1979, los datos de temperatura, tanto satelitales como desde globos meteorológicos, muestran un calentamiento en la troposfera mundial de media a inferior, con un índice de aproximadamente 0,05 ± 0,10°C por decenio. La temperatura media mundial en la superficie ha aumentado considerablemente, en 0,15 ± 0,05°C/decenio. La diferencia en los ritmos de calentamiento es estadísticamente significativa. En cambio, durante el período 1958–1978, las tendencias en la temperatura de la superficie estaban cerca de cero, mientras que las tendencias en los 8 km inferiores de la atmósfera eran de cerca de 0,2°C/decenio. Alrededor de la mitad de la diferencia observada en el calentamiento desde 1979 se debe probablemente4 a la combinación de las diferencias en la cobertura espacial de las observaciones en la superficie y en la troposfera y a los efectos físicos de la serie de erupciones volcánicas y a un intenso episodio de El Niño (véase en el recuadro 4 una descripción general de ENOA) que se produjo en ese lapso. Muy probablemente, la diferencia restante es real y no simple influencia de la observación. Surge principalmente debido a variaciones en el ritmo de cambio de temperatura en las regiones tropical y subtropical, que fueron más rápidas en los 8 km más bajos de la atmósfera antes de 1979, pero que han sido más lentas desde entonces. No hay ninguna diferencia importante en los índices de calentamiento en las regiones continentales en las latitudes medias del hemisferio norte. En la troposfera superior, no se ha detectado ninguna tendencia importante en la temperatura mundial desde principios de los años sesenta. En la estratosfera, como se muestra en la Figura 4b, tanto los satélites como los globos muestran un considerable enfriamiento, puntuado por intensos episodios de calentamiento de uno a dos años de duración, debidos a erupciones volcánicas.

Las temperaturas en la superficie durante el período preinstrumental, según registros indirectos

Es probable que el índice y la duración del calentamiento en el siglo XX sea más amplio que en cualquier otro período durante el último milenio. Los años noventa parecen haber sido el decenio más cálido del milenio en el hemisferio norte y probablemente 1998 fue el año más cálido. Se ha avanzado considerablemente en la comprensión del cambio de temperatura que se produjo en el último milenio, especialmente a partir de la síntesis de reconstrucciones individuales de la temperatura. Este nuevo registro detallado de la temperatura para el hemisferio norte se muestra en la Figura 5. Los datos revelan un período relativamente cálido asociado con los siglos XI a XIV y un período relativamente fresco asociado con los siglos XV a XIX en el hemisferio norte. Sin embargo, no hay pruebas de que este “medioevo cálido” y esta “pequeña edad de hielo”, respectivamente, hayan sido mundialmente sincrónicos. Como lo indica la Figura 5, el ritmo y la duración del calentamiento en el hemisferio norte en el siglo XX parecen no haber tenido precedentes durante el milenio, y no pueden ser considerados simplemente como una recuperación de la “pequeña edad de hielo” de los siglos XV a XIX. Estos análisis se complementan mediante análisis de sensibilidad de la representatividad espacial de los datos paleoclimáticos disponibles, que indican que el calor del último decenio excede el intervalo de confianza del 95% de la incertidumbre en la temperatura, incluso durante los períodos más cálidos del último milenio. Más aún, se han completado ahora varios análisis diferentes que sugieren que las temperaturas del hemisferio norte en el último decenio han sido más cálidas que en cualquier otro período de los últimos seis a diez siglos. Este es el lapso en el cual pueden calcularse las temperaturas descomponiéndolas anualmente gracias a los anillos de crecimiento de árboles, muestras de hielo, corales y otros datos indirectos de descomposición anual a escala hemisférica. Como hay menos datos accesibles, se sabe menos acerca de las medias anuales antes de los mil años previos al presente y sobre las condiciones predominantes en la mayor parte del hemisferio sur antes de 1861.

 


Figura 4: a) Series temporales de anomalías en las temperaturas estacionales de la troposfera, basadas en globos y satélites, además de las superficiales. b) Series temporales de anomalías en las temperaturas estacionales de la estratosfera inferior, basadas en globos y satélites. [Basada en la Figura 2.12]

Figura 5: Reconstrucción de la temperatura del hemisferio norte (HN) en el milenio (gris oscuro – anillos de crecimiento de árboles, corales, muestras de hielo y registros históricos) y datos instrumentales (azul) desde 1000 d.C hasta 1999. Se muestran una versión suavizada de la serie HN (negro) y dos límites de error tabular (gris claro). [Basado en la Figura 2.20]


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